"La agricultura y la ganadería son sectores estratégicos para la sociedad valenciana por su contribución como modelos sostenibles de producción y provisión de alimentos de elevada calidad y su importancia para la vertebración del territorio, la creación de ocupación y la fijación de la población en el medio rural, la conservación del medio ambiente y de los agroecosistemas, y la adaptación y la mitigación del cambio climático.", así empieza el preámbulo de la Ley de Estructuras Agrarias de la Comunidad Valencia aprobada en las Cortes Valencianas el 28 de febrero de 2019 con el consenso de todos los partidos políticos representados.
Además continúa diciendo "... la viabilidad de la agricultura valenciana se ha visto limitada por problemas estructurales vinculados a la articulación de la cadena alimentaria, la fragmentación de la propiedad de la tierra, la carencia de una cultura de la gestión en común de la producción, la escasa movilidad del mercado de tierras, la carencia de herramientas que facilitan la planificación a profesionales del sector y la deficiencia de inversión pública y privada en beneficio de una actividad agraria sostenible y generadora de ocupación. Estos factores estructurales han favorecido el abandono progresivo de la actividad agraria y la ausencia de relevo generacional. "
Esta descripción que realiza la Generalitat Valenciana, con algunos matices, es la realidad que hemos detectado en nuestro territorio desde hace unos años, una pérdida de rentabilidad de las explotaciones, envejecimiento de los agricultores y agricultoras, falta de mano de obra, desinterés de las nuevas generaciones por la agricultura, etc.
Cuántas veces hemos sentido aquello de “me toca meter dinero del bolsillo para mantener la finca” o “los jóvenes no quieren saber nada o me tocará abandonar todos los cultivos”, o “sabes alguien que quiera llevarme la finca?”
Ante esta "problemática", en el ejercicio 2018, la Asamblea General de Socios de la Cooperativa, ya aprobó la creación de una Sección de Gestión en común, como vehículo para acoger esta actividad agraria dentro de la propia Cooperativa y que había quedado paralizada a la espera de la aprobación de la Ley de Estructuras Agrarias y del desarrollo normativo, para determinar la fórmula adecuada para su implantación.
La misión de esta sección es recuperar tierras para hacer una transformación que las pongo en condiciones de ser explotadas de nuevo. Así la Cooperativa vuelve a sus raíces, recuperando la esencia de la explotación agraria, ganando economías de escala mediante una explotación conjunta y buscando nuevas vías de comercialización. También es un objetivo importante cumplir los objetivos de sostenibilidad establecidos al Green Deal promovido por la UE. Además, la explotación de estas tierras permitirá crear y/o mantener puestos de trabajo en el ámbito del sector primario.
Destacar la existencia de este modelo cooperativo de gestión en otras cooperativas valencianas, como Benaguasil, Pego, Onda o Viver, que hemos podido conocer en varios foros de intercambio de experiencias o con las visitas realizadas por el Consejo Rector a estas cooperativas.
Durante el último trimestre de 2020, los técnicos de la Cooperativa presentaron a la Consellería de Agricultura un proyecto piloto que pretendía el inicio de la actividad agrícola, con un ambicioso Plan de Reconversión y Reestructuración Colectiva (2021-2023), que partiendo de una gestión en común de las fincas cedidas por varios socios, llevar a cabo una modernización y profesionalización de la actividad agraria mediante las siguientes actuaciones:
Arranque de arbolado.
Adecuación y mejoras del terreno
Labores preparatorias profundas y superficiales para plantación de leñosos ( Marcación, Hoyos, etc.)
Nuevas plantaciones
Los objetivos marcados con la realización de estas inversiones son:
Potenciar el cultivo del Almendro, mediante la implantación de variedades de floración tardía encaminadas a evitar heladas primaverales.
Renovar el material vegetal de las explotaciones, mediante la sustitución de los árboles de avanzada edad y escasa productividad. Modelo intensivo.
Mejorar de la eficiencia global del cultivo para rentabilizar la explotación, reducción de los costes de producción, del consumo de inputs, etc., aumentando la competitividad de la explotación en su conjunto.
Potenciar el cultivo de olivar orientado al cultivo monovarietal que permita una reducción de costes. Modelo Intensivo.
Mejorar la comercialización del producto primario obtenido, con acuerdos de cooperación con otros actores del territorio (SAT n.º 585-Molino del Olí, Charter Atzeneta, etc.)
Potenciar la implantación otros cultivos en la Cooperativa, dentro de una estrategia de diversificación dirigida a la producción otros productos para dotar de un mayor valor añadido.
Estudiar, Analizar y Divulgar este Proyecto piloto de Gestión en común, como herramienta para la gestión de las explotaciones de nuestros socios.
Fijar unas fincas de referencia que sirvan para ampliar, en un futuro, la red de tierras gestionadas por la Cooperativa
Incorporación finca para cultivo en ecológico, parcela demostrativa, para el estudio e implementación de metodología de explotación.
Mejora de la conservación del entorno natural, al evitar el abandono de las parcelas.
En la actualidad nos encontramos en la primera fase de este Proyecto piloto con la transformación y adecuación de unas 15 hectáreas que supondrá la plantación de más de 2.500 árboles, y que servirá como modelo de estudio para crear una estructura básica para la realización de las tareas agrícolas con la contratación directa o indirecta de mano de obra, establecer procedimientos de gestión y control de la actividad y con las primeras cosechas determinar la viabilidad y sostenibilidad de esta actividad empresarial.
La actuación cuenta con el apoyo de la Agencia Valenciana de Fomento y Garantía Agraria, a través de las ayudas convocadas a la realización de planes de reconversión y reestructuración colectivos en el marco del programa de desarrollo rural de la Comunidad Valenciana 2014-2020.