Empieza el curso, también en el campo: el futuro del cooperativismo en Atzeneta
- Eladi Roca

- 20 sept
- 5 Min. de lectura
Introducción
Cada septiembre es tiempo de nuevos inicios. Las escuelas de Atzeneta vuelven a llenarse de niños y niñas que comienzan un nuevo curso, con libros nuevos, proyectos e ilusiones renovadas. Pero más allá de las aulas, también el campo y las cooperativas retoman su actividad con fuerza: empieza un nuevo ciclo agrícola y social que marcará el futuro del territorio.
En el Alt Maestrat, un territorio marcado por el riesgo de despoblamiento rural, el papel de la juventud rural y el relevo generacional agrario es clave para asegurar la continuidad de la actividad económica y la vida comunitaria. En este escenario, la Cooperativa Agrícola Santo Bertomeu de Atzeneta se ha consolidado como un referente de desarrollo rural sostenible, con más de 80 años de historia y una clara apuesta para combinar tradición e innovación.
Su impacto va mucho más allá del campo: es una entidad que da servicios, crea ocupación, fomenta la sostenibilidad y transmite valores. Por eso, hablar de septiembre a Atzeneta es hablar de futuro, de educación y de cooperativismo agroalimentario.
La educación como motor de cambio
La educación no solo pasa por las escuelas. En un pueblo como Atzeneta, el aprendizaje también se da al campo, a las asambleas y a la cooperativa. La transmisión de conocimientos agrarios y cooperativos es una forma de “educación viva” que conecta generaciones.
La cooperativa apuesta por la formación agraria mediante jornadas técnicas, asesoramiento personalizado y colaboraciones con instituciones como la Universitat Jaume I. Ha participado en programas como Talento Rural, que conecta estudiantes universitarios con proyectos de desarrollo rural, así como se han realizado varios Trabajos Finales de Grado o de Master estudiando el modelo cooperativo de nuestra Entidad. Además, acoge prácticas de alumnas de ingeniería agronómica, economía o marketing, que aportan una visión innovadora al mundo rural.
De este modo, la cooperativa se convierte en una auténtica aula abierta, donde teoría y práctica se dan la mano, y donde los jóvenes pueden comprobar que hay futuro en el pueblo, también desde la formación y el conocimiento.

Juventud rural y relevo generacional agrario
De este modo, la cooperativa se convierte en una auténtica aula abierta, donde teoría y práctica se dan la mano, y donde los jóvenes pueden comprobar que hay futuro en el pueblo, también desde la formación y el conocimiento.
La educación no solo pasa miedo las escuelas. En un pueblo como Atzeneta, el aprendizaje también se da al campo, a las asambleas y a la cooperativa. La transmisión de conocimientos agrarios y cooperativos se una forma de “educación viva” que conecta generaciones.
La cooperativa apuesta miedo la formación agraria mediante jornadas técnicas, asesoramiento personalizado y colaboraciones cono instituciones como la Universitat Jaume I. Ha participado en programas como Talento Rural, que conecta estudiantes universitarios cono proyectos de desarrollo rural, así como se han realizado varios Trabajos Finales de Grado o de Master estudiando lo modelo cooperativo de nuestra Entidad. Además, acoge prácticas de alumnas de ingeniería agronómica, economía o marketing, que aportan una visión innovadora al mundo rural.
De este modo, la cooperativa se convierte en una auténtica aula abierta, donde teoría y práctica se dan la mando, y donde los jóvenes pueden comprobar que hay futuro en el pueblo, también desde la formación y lo conocimiento.
La cooperativa como a aula abierta y motor de innovación
La Cooperativa de Atzeneta va mucho más allá de la producción agraria. Es un espacio donde se aprende y se innova en otros muchos ámbitos que conectan con la vida cotidiana de las personas:
Comunidad Energética Renovable: en marcha desde 2023, ya cuenta con 353 kW instalados, una producción anual de 575.000 kWh y más de 70 familias beneficiadas, reduciendo las emisiones en 300,5 toneladas de CO₂/año. Es un ejemplo claro de educación en sostenibilidad y de energía verde al servicio del pueblo.
Supermercado Charter: inaugurado en 2008, fruto de la intercooperación con Consumo Coop.V., ha creado ocupación estable (100% mujeres del municipio) y evita que las familias tengan que desplazarse en otras localidades para compras básicas.
Proyecto DePenyagolosa: un marketplace que une productores locales, promueve el consumo de proximidad y casi ha triplicado su actividad comercial en un año. Es también un proyecto educativo en valores: consumo responsable, calidad e identidad territorial.
Obrador compartido: un espacio donde emprendedores pueden iniciar proyectos agroalimentarios con menos riesgo. Aquí se aprende a emprender de manera colaborativa y sostenible.
Servicio de Atención a Domicilio: en marcha desde 2022, ya ha prestado más de 3.000 horas de atención y ha dado respuesta a una necesidad social urgente, especialmente en una comarca con escasos servicios de transporte público.
COOPEFONE: la primera operadora cooperativa de telefonía de la provincia, que aprovecha más de 15 años de experiencia en telecomunicaciones para ofrecer servicios de proximidad también en el ámbito digital.
Todos estos proyectos muestran como la cooperativa es una escuela abierta en el territorio: enseña que se puede vivir y crecer en el pueblo sin renunciar a la innovación y en la calidad de vida.

Impacto en el territorio y lucha contra la despoblación
La comarca del Alt Maestrat cuenta con una densidad de solo 7,44 habitantes/km², muy por debajo de la media provincial (89,32) y de la de la Comunidad Valenciana (220). Esta realidad demuestra el riesgo de despoblamiento y el envejecimiento de la población: un 32% de la gente tiene más de 65 años, mientras que solo un 12% tiene menos de 20.
Ante esta situación, la cooperativa se ha convertido en una auténtica entidad tractora. Su plantilla llega ya a 28 trabajadores, un 71% mujeres, que mayoritariamente superan los 40 años. Además, gestiona servicios básicos como el supermercado, la gasolinera o el suministro agrícola, que en otras pueblas de la comarca ya han desaparecido.
Cada puesto de trabajo creado, cada servicio mantenido y cada hectárea recuperada es una victoria contra el despoblamiento. En este sentido, la cooperativa es una escuela de vida colectiva, que muestra a la sociedad que se puede fijar población en el territorio con ocupación estable, servicios de calidad y valores compartidos.
En Resumen,
cada septiembre nos recuerda que el aprendizaje no acaba nunca. En las aulas, los niños aprenden matemáticas y lenguas; en el campo, aprendemos a cuidar la tierra y a compartir recursos. A la cooperativa, aprendemos que la unión hace la fuerza y que el futuro se construye de manera colectiva.
El cooperativismo agroalimentario es la mejor lección para nuestro pueblo: transmitir valores, innovar y garantizar que la juventud rural tenga oportunidades para quedarse. En cada almendro que florece, en cada kilovatio de energía verde y en cada servicio de proximidad hay una historia de futuro compartido.
Por eso, cuando decimos que a septiembre empieza el curso, también hablamos del curso del campo, de la cooperativa y del territorio. Un curso que escribimos juntos, generación detrás generación, porque Atzeneta continúe siendo un referente de desarrollo rural en la Comunidad Valenciana.
Conoce más sobre como la Cooperativa de Atzeneta apuesta por el relevo generacional y descubre nuestros proyectos en atzenetacoop.com.




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